Hace poco más de una hora llegué de mi segunda jornada de deporte, 25 minutos de correr y hacer unas pocas abdominales, estoy dolorida y cansada, pero bueno, es el primer paso para crear el hábito y ganar en salud (espero)... Y ahora que estoy en casa, descansando después de una ducha y un sandwich me ha entrado la tristeza habitual que trato de combatir con la lectura y la tele. Para qué ser feliz unos minutos, si cuando éstos se acaban te queda el vacío de lo que has perdido? Tal vez es mejor no sentir nada y así no sufrir por lo que no conoces...
Esta frase describe bien lo que he sentido, "Nunca pensé que en la felicidad hubiera tanta tristeza". Mario Benedetti.
Ahora a dormir...